Mac cayo sobre su espalda mientras Harm se levantaba majestuoso ante ella, él poco a poco fue descendiendo sobre ella con un aire que a Mac le recordó a una fiera preparándose para darse un festín con su presa recién adquirida; muchos pensamientos circularon por su mente, pero todos se desvanecieron cuando Harm volvió a capturar sus labios; sin pensarlo ella respondió al beso maravillándose de cuan agradable era su sabor.
En este momento justo no le importaba nada mas que los sabores y texturas de su amante de ensueño, quien volvía a trabajar en su blusa, esta vez con la firme decisión de quitársela de encima fuera entera o por pedazos.
-Harm yo- articuló Mac mientras él dejaba pequeños y abrasadores besos en su clavícula con rumbo al sur de su cuerpo
Harm le soltó un gruñido ansioso que provino desde el fondo de su garganta antes de hablar- ¿Qué deseas mi amada? - preguntó mientras comenzaba a separarse; cuando Mac sintió la falta de su peso, enroscó sus brazos alrededor del cuellos de él y lo arrastró hacia abajo para besarlo con pasión, cuando se separó sus labios de los de él solo dijo dos palabras: a ti.
Esto hizo que cualquier rastro de conciencia o razonamiento simple fue desechado de la mente de Harm, el solo contacto con la piel lisa y perfecta de Mac, lo elevaba al infinito.
Con los ojos entre abiertos Mac observó como Harm acomodaba sus caderas entre sus piernas para lograr una posición mas cómoda, él gimió cuando Mac movió sus caderas en respuesta a lo que acababa de hacer, aun estaban medio vestidos y la situación parecía descontrolarse a cada segundo que pasaba, al parecer ninguno tenia ya la fuerza suficiente como para arrepentirse.
Mac movió las manos hasta la cintura del pantalón de Harm para deshacerse de esta odiosa prenda cuando un ruido extraño sonó en su cabeza, ella miró a Harm con ojos extrañados, la única respuesta que obtuvo de el fue un beso candente antes de que él se evaporara en el aire.
Mac despertó sobresaltada y aun escuchando aquel ruido extraño, el cual se le hacía mas familiar conforme la abandonaba la neblina de sus sueños. El ruido provenía de su móvil y algo le decía que lo que escucharía al responder al llamado no sería nada bueno.
- Mackenzie
- ¡Mac!¡gracias a Dios! Donde estas? ¿estas bien?- preguntó una Harriet sobresaltada
- estoy en mi apartamento y estoy perfecta ¿Por qué el apuro?
- Mac son las 10:30 de la mañana y se supone que a estas horas deberías estar en el trabajo
- ¡demonios, me dormi! Harriet gracias, por favor podrias…
- según el almirante llegaste temprano pero saliste a hacer unas diligencias, no te preocupes, tu espacio en la libreta de llegadas esta firmado
- ¿Cómo…?
Harriet adopto un tono risueño pero un poco mas formal- se dice el milagro pero no el santo señora así que por favor venga ya que la están esperando.
-¿ me estan esperando?
- Si señora, tiene un visitante
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