Durante varios minutos Mac fue llevada a través de la ciudad sin saber exactamente a donde iria y sin ver por donde pasaba ya que los vidrios del automóvil estaban ahumados y afuera estaba muy oscuro.
Finalmente se detuvieron y Mac contuvo el aliento antes de salir del automóvil con Laila. Durante todo el caminó al lugar donde ella les había llevado, Harm había estado quejándose y sudando -¿Qué vamos a hacer?- había preguntado Mac muchas veces y la respuesta había sido siempre la misma- la ayuda esta en casa, aquí no podemos hacer nada.
Justo al llegar, tres hombres salieron de lo que parecia una casa, o mejor se diria una mansion, en medio de uno de los barrios residenciales de la ciudad, habían tomado a Harm en brazos y lo habían conducido a una habitación en la segunda planta.
Al entrar, Mac notó que muchos le habían observado con mirada hambrienta, pero enseguida habían desviado el rostro al ver a Laila con ella. Mac no sabia porque pero se sentía como si entrara a un restaurante donde ella era el platillo principal; aunque las miradas habían cesado, Mac no podía dejar de pensar que en medio de toda la conmoción se estaba perdiendo de algo importante.
En la habitación donde estaba Harm, las personas entraban y salían con miradas contrariadas, Mac no podía escuchar mucho ya que hablaban muy bajo; Mac solo podia distinguir dos frases repetitivas “plata en la sangre” y “ en peligro de muerte inminente”.
Un par de horas después del ataque, volvió a la habitación para ver a Harm, quien se veía aun más pálido que la última vez y seguía inconciente. Se acercó aun más a el cuando notó algo extraño en su boca, un par de puntas blancas sobresalían de sus labios, parecían…. “no, no, imposible” pensó Mac mientras se debatía en tocar esas cosas extrañas; su curiosidad ganó, por lo que comenzó a tocar uno de ellos con el dedo índice, pero justo cuando pasó la yema de su dedo sobre la punta de “ello” sintió un pinchazo así que retiró el dedo solo para observar que en la punta de su debo había sangre.
Antes de razonar qué era lo que había pasado alguien entró a la habitación intempestivamente- ¿Qué crees que haces?- casi gritó Laila con los ojos oscurecidos
- yo solo, yo solo lo toqué y comencé a sangrar- dijo Mac mientras extendía la manó hacia Laila, quien giró los ojos.
- Sarah, eso es lo que sucede cuando tocas los colmillos de alguien, lo cual es de mala educación si la persona en cuestión no te ha invitado a hacerlo.
-en primera prefiero que me llamen Mac- contrapunteó- y en segunda ¡eso no ocurre con toda la gente! Solo me ha pasado una vez y fue hace unos segundos, por lo que no me hables de etiqueta cuando no sé lo que estoy haciendo.
- Bueno, tienes ahí un punto, no ocurre con toda la gente, solo con los nuestros, tú sabes,- suspiró- y aun sigo esperando que te desmayes o salgas huyendo como alma que lleva el diablo
-ey, ey!!! No soy una cobarde, pero ¿los nuestros? A menos que seas vampiro esto no le sucede a los mios o sea, a los humanos normales.
Laila se quedó en blanco durante unos minutos antes de volver a hablar- dime Mac- dijo remarcando la palabra- ¿Qué tanto sabes de Harm?
-Muy poco, es dueño del club del centro, tiene 35 años y es tutor de dos chicas ¿Por qué?
Laila le miró suspicaz -¿algo mas? ¿Algo sobre su dieta?
- Nada, pero creo que es vegetariano, pero no estoy segura, no lo he visto comer propiamente.
Laila soltó una risita nerviosa mientras murmuraba para si lo que podían ser juramentos en otro idioma- Ok, solo habla con él cuando despierte ¿va?
Mac le miró confusa, pero antes de que pudiera preguntar la puerta se volvió a abrir y esta vez era alguien a quien conocía- ¿Aranza?- preguntó al ver a la envejecida gitana.
- Sarah, mi niña hermosa ¡que gusto verte! Laila ¿Qué haces ahí parada tan pálida? Pareciera que haz visto un fantasma.
Al instante Laila se recompuso y miró extrañada a Aranza – mi señora ¿Qué hace usted aquí?
Aranza le miró risueña- las noticias viajan rápido corazón y las malas un mas he sabido que mi pequeño estaba en problemas así que vine a ver si puedo hacer algo.
Sin esperar respuesta, Aranza se dirigió a donde estaba recostado Harm y, después de examinarlo unos segundos hablo- en efecto esta muy mal, su cuerpo esta envenenado a causa del arma con la que le hirieron. Si los tiempos fueran otros solo nos quedaría esperar la extinción de su vida, pero hoy tenemos esperanza.
- ¿Cuál es la esperanza?- preguntaron Mac y Laila al mismo tiempo
- Hay que darle sangre, pero no cualquiera sino la sangre de la una persona muy especial- contestó Aranza enfocando su mirada en Mac- necesitamos tu sangre para el-Mac le miró aturdida- se que es un poco difícil de digerir pequeña pero el te necesita ¿ le darías un poco de tu fuerza vital?- preguntó Aranza
Mac solo se quedó ahí parada parpadeando hasta que al fin encontró su voz - ¿están hablando de una transfusión?
Laila le contestó nerviosa- algo parecido a ello, solo que más efectivo
- ¿Qué es, exactamente?
-Necesitamos que beba tu sangre
Mac miró confundida a las dos mujeres que tenia enfrente –Disculpa, creo que no oí bien ¿Qué dijiste?
Laila resopló- Se que es extraño pero es cierto, necesitamos que Harm beba tu sangre para que así pueda vivir, no mucha, solo un poco.
Mac ya estaba pálida como la cera- No estabas jugando ¿verdad? ¿… vampiro?
Laila le sonrió- exactamente como un vampiro
Mac se quedó en silencio por un rato- Ok, ¿Cuál es el chiste?-
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