Entre el amanecer y el atardecer, la extraña mansión de Ethan Winslowe permanecía tan inmóvil como una cripta. Más allá de su laberinto de tétricos corredores, su dueño dormía lejos del alcance del sol.
Al caer la noche, cuando el miedo y los fantasmas empezaban a perseguirla, Megan Carey era conducida a su guarida subterránea para cenar con un fantasma al que nunca veía, una figura oculta en las sombras.Según los rumores, él era un genio, un loco y un monstruo. Y Megan era su prisionera, atrapada allí por una amenaza más poderosa que las cadenas… Y también por la necesidad de conocer el calor de la pasión de Ethan, que bramaba como fuego en la noche.
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